“LA MILI EN EL 62-63 DE UNO DE SANIDAD”
Me incorporé en la caja de reclutas Nº 45 en la capital de mi provincia, Teruel. Nos entregaron un saco, una marmita y una manta y junto con un cabo 1o que vino a buscarnos al día siguiente nos trasladamos a la estación camino de Zaragoza.
A la altura de Calatayud paró el tren y tuvimos que esperar al convoy que venía de Cataluña y del País Vasco. Una vez que la nueva hornada de reclutas se incorporó, salimos camino de Madrid.
En la estación de Atocha salió Intendencia y nos dio un caldito y una pata de pollo. Se formó un convoy exclusivamente militar junto con otros reclutas de distintas provincias.
A la mañana siguiente salimos camino de Cádiz –¡qué viajecito!- Por fin arribamos a la Tacita de Plata, nos llevaron al cuartel de artillería y en lo que nos dio la impresión de que eran unas cuadras. Los petates y colchonetas al suelo y a esperar a recibir órdenes.
En el cuartel – era de artillería- no hacíamos nada y las horas se nos hacían eternas.
Resulta que la mar estaba picada y no se podía embarcar, matábamos las horas en la cantina y fuertes partidas.
Se calmó la mar y nos llevaron al puerto donde embarcamos en un transporte de la compañía TRANSMEDITERRANEA llamado VIRGEN DE ÁFRICA.
En cubierta estaban instaladas las cocinas y servicios y en las bodegas la reclutada, puesto que los pocos camarotes que había eran para oficiales y pasaje. Si no recuerdo mal -tened en cuenta que han pasado 53 años- tardamos hasta el Sáhara 3 noches y cuatro días. Por fin se dio la alarma de que se veía el Sáhara y naturalmente todos queríamos ver que era aquello. Nos acomodamos en cubierta y la desilusión fue enorme, allí no se veía en la lejanía mas que arena y dunas, no había un puerto donde atracar ni nada parecido. Los veteranos que venían, ya nos dijeron que acudirían anfibios de desembarco a recogernos, estilo la Segunda Guerra Mundial. El problema viene a continuación puesto que había que compaginar la altura que estaba el barco con la altura a que subía el anfibio, en primer lugar tenías que tirar el petate y acertar y a continuación y aprovechando la subida tirarte tu al lanchón.
Bueno en este desembarco hubo varias fracturas de maléolo.
Los anfibios en cuanto llegaban a tocar la arena actuaban las ruedas y afortunadamente nos sacaron a tierra.
Allí unos amabilísimos veteranos nos llamaban con muchísimo cariño.
Artillería aquí, zapadores aquí, sanidad aquí… etc.
Nos subieron en los celebres Reos que no eran mas camiones de USA de la Segunda Guerra Mundial . Se formó la caravana y camino del Aaiún. Pasado el aeropuerto y antes de bajar hacia el Aaiún estaba un cuartel de Aviación. Fue el soldado de guardia el que dio la alarma ya están aquí: aquello fue mas efectivo que el toque de fajina comenzaron a salir soldados al grito de ya estoy lili, tirando los gorros al aire y abrazándose. El grito de ya están aquí fue mas efectivo que el de generala se corrió de un cuartel a otro y a medida que los Reos dejaban su carga la algarabía fue en aumento.
En Sanidad no iba a ser menos. Se apelotonaban los veteranos y cada uno iba cantando: hay algún asturiano, hay algún maño, mira por donde en el Sáhara me fui a encontrar con uno de mi provincia. Después de saludarnos había que cumplir, y los recluta que llegábamos pesetas frescas teníamos la ineludible obligación de pasar por la cantina y pagar las consumiciones.
Así se pasó la tarde y pronto tocaron a cenar los veteranos aconsejando cuales eran los mejores destinos y la manera de pasar desapercibidos, puesto que la máxima en boca de todos era que voluntario ni “pa cobrar”.
Pronto hubo que irse a la litera, la verdad que me quede sobeta en un momento la mañana siguiente y a toque de diana arriba al saltar de la litera a mi me habían desaparecido los zapatos. Supongo que alguno que tenía la VERDE en el bolsillo le gustaron y se los quedo total yo no los necesitaba y menos en el campamento donde nos llevaron.
A los 125 que éramos de sanidad nos llevaron en los REOS camino de EDCHERA- grupo blindado de la legión en fuerte chacal- a la sombra de sus paredes esta el campamento de los reclutas, yo calculo que unos 1500 a 2000 hombres.
El campamento como comprenderéis norma lito mucha instrucción en orden cerrado sobre el hombro por tiempos…etc naturalmente todo ello aderezado con las clases teóricas del tanque la bomba de mano parte que componen el mosquete y si te descuidabas todo ello acompañado con alguna cocina. Aproximadamente a 1 km del campamento un lejía, había montado un chiringuito donde podías comer un par de huevos fritos con patatas y la verdad el que podía y tenia pelas era feliz. Aproximadamente a los dos meses y medio ya estábamos preparados para la Jura. Vino el capitán General de Canarias Agulla Jiménez Coronado y como normalmente se comía especial, vino con Bromuro, ya sabéis para que- y se levantaba la mano en concepto de disciplina.
A los pocos días de haber jurado bandera me destinaron al Hospital del Aaiún- yo era estudiante de Medicina en Madrid – El capitán cirujano era el capitán Lobo, ya estaba para irse a la Península, por lo tanto poco puedo comentar de él.
Al poco tiempo se incorporó el nueve jefe era el capitán cirujano JULIAN URBANO paisano de Zaragoza con el que enseguida entablamos buen feeling. Se me olvidaba comentar que cuando baje de Edchera ya prácticamente entregue la ropa, me quede con un pantalón y una camisa. En el Hospital vestíamos de paisano con nuestra bata blanca y un pelo que era la envidia de todos los que nos conocían. Estábamos rebajados de rancho y vivíamos en el Hospital con decir que yo no pisé el cuartel desde que entregué la ropa, puesto que nos venían a pagar la oficina del cuartel bueno si que fui a coger la verde. Como ya sabréis el hospital era civil y militar y cuando el cuerpo médico se iban de vacaciones éramos los militares los que nos hacíamos cargo de todo. Me acuerdo que el cirujano civil era el Dr. Sastre. El jefe tenía un teniente médico Larrea otro de Paracas y dos brigadas – dos bellísimas personas-Dentro del Hospital cívico-militar había unas hermanitas religiosas siento no acordarme de que orden eran.
Mis compañeros en el hospital – por cierto gente que no se olvida nunca- el Mallorquín PACO y mi íntimo amigo del alma el Dr. José Miguel Martínez Gras de Xátiva – q.p.d.
Ya sabéis, que estando a 2000 o 3000 km de casa los compañeros son como de la familia. Yo tuve suerte pues vine en comisión de servicio a la Península. Un paciente que lo evacuamos al Hospital Gómez-Ulla de Madrid lo que me sirvió para estar con la familia. Al frente de la expedición iba un brigada que al llegar ya quedamos en vernos a la semana en las Palmas para volver juntos al Aaiún. La verdad es que esa semana que estuve en casa con mi familia y mi entonces novia ,fue media vida para mi. Fui en comisión de servicio en el coche escoba acompañando a un convoy de suministro a Smara al destacamento de la Legión. Allí estuve con el de sanidad que estuvo conmigo en Edchera uno de Bilbao la mar de majo.
De vuelta en el Hospital, la rutina del día a día en los distintos trabajos que realizábamos con mi querido amigo Miguel, y Paco. Los meses fueron pasando y comenzaba a funcionar Radio Macuto barajando distintas fechas de coger la ansiada Verde.
Fue el primer año que funcionaba el BIR y por supuesto todo estaba supeditado a Cabeza de Playa. La verdad que la quinta comenzó a licenciarse y desgraciadamente yo me tuve que quedar hasta que me vino el relevo. Por fin fui a entregar un pantalón y una camisa y recoger la verde.
La vuelta a casa ya era otra cosa. El barco a Cádiz -no recuerdo el nombre- ferrocarril a Madrid de esta a Teruel.
Allí mis padres y mi novia y mi relación con el Ejercito se termino hasta que un bendito día mi hijo pequeño me anuncio la pagina de veteranos y con muy pocas nociones de ordenadores empecé a saber cosas de aquella parte de África y compañeros y retrocedí en el tiempo al año 62.
Desde el año 12 procuro no perderme los encuentros nacionales en realidad solo he estado en Zaragoza y la Manga. Espero poder acudir a Torremolinos un abrazo al que haya tenido paciencia para leerse la batallita de un abuelo sahariano.
Pascual Fernández Layos, Fernando. (TE) 27-07-2015
Sanidad.
El Aaiún. 1962-1963
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