Crónica del XIV Encuentro, Peñiscola 2018
El XIV Encuentro Nacional de Veteranos del Sahara (tal y como yo lo viví)
No ha sido un encuentro más, si todos los anteriores han representado siempre la demostración de la amistad y la camaradería entre los saharianos, este ha servido para comprobar una vez más, la pasta de la que están hechos estos veteranos. El hecho de haberse celebrado justo en el epicentro de la llamada “gota fría”, con carreteras cortadas, caminos anegados y líneas de ferrocarril bloqueadas por la intensidad de la lluvia caída, no ha sido obstáculo, más bien ha servido de acicate a los saharianos que se tenían que desplazar hasta la localidad de Peñíscola, sede de este XIV Encuentro Nacional de Veteranos del Sahara.
A medida que pasaban las horas, nos iban llegando noticias cada vez más alarmantes del estado de los accesos a la ciudad, pero el arrojo, la valentía y la determinación de acudir a reunirse con los compañeros, con los amigos, era más fuerte que los elementos desatados. Muchos compañeros contaron además, con la impagable ayuda de Policía Local y Guardia Civil, llegando incluso en muchos casos a escoltar con sus vehículos a aquellos que se encontraban perdidos o bloqueados, algunos en situaciones bastantes complicadas.
Todo ello ha venido a facilitar unas jornadas de intensa convivencia, ya que el hecho de encontrarnos bloqueados en las instalaciones del hotel ha servido para extensas charlas entre los veteranos, las historias y anécdotas has surgido por doquier, nunca habíamos dispuesto de tantas horas para la charla. Igualmente nuestras esposas y compañeras que a falta de sus habituales visitas a los comercios de la zona, se han tenido que conformar con veladas amenizadas por la conversación, los juegos de azar, la lectura y alguna que otra actuación musical de las atracciones del Hotel.
Por fin la mañana del sábado nos obsequió con los primeros rayos del Sol y pudimos salir a estirar las piernas, aunque no pudiéramos disfrutar del programado paseo en el tren turístico, ya que muchos de sus lugares de paso estaban aún anegados. Esta actividad las tuvimos que posponer al Domingo y días sucesivos, gracias a la buena disposición de la empresa encargada de su servicio.
Una vez llegada la tarde, lo primero que acometimos fue hacer la fotografía de grupo, algo que viene siendo habitual para posteriormente, incorporarnos al salón donde iba a tener lugar la Asamblea anual de la A.N.V.M.Sh. No puedo decir exactamente el número de asistentes a la misma, pero creo asegurar que ha sido sin duda la más numerosa de las celebradas hasta la fecha. Esta vez además de la presentación de las cuentas anuales se iba a proceder a la constitución de la nueva Junta Directiva.
Una vez finalizado el periodo electoral con la presentación de una única candidatura, el presidente elegido procedió a presentar a su nueva Junta a fin de que fuera ratificada por la Asamblea, cosa que así se hizo por unanimidad.
Y como colofón a todas las actividades, llegamos al momento álgido de todos los encuentros nacionales, la celebración de nuestra Cena de Hermandad. Para ello nos desplazamos en un servicio de autocares puesto a disposición de los asistentes, hasta el restaurante que iba a acoger la citada cena.
El número de asistentes no permitió la celebración de la misma en un único salón, pero gracias a la buena disposición de todos los comensales, no hubo problema de ubicarnos en dos salones contiguos llamados, con muy buen criterio, Aaiún y Villa Cisneros, situando en el primero, por ser el de mayor capacidad un sistema de televisión en circuito cerrado que retrasmitía en directo a unas pantallas ubicadas en el salón contiguo, de forma que nadie se perdiera los actos ya clásicos: nuestro brindis por aquellos compañeros que no habían podido acompañarnos esta vez, y nuestro recuerdo hacia aquellos otros que han emprendido el viaje hacia el último destacamento, ese que está más allá de las estrellas donde esperamos que nos esperan muchos años, entonando en su memoria el himno “la muerte no es el final”.
Tras estos emotivos actos, se procedió a la entrega de diplomas a aquellos compañeros que se incorporaban por primera vez y los correspondientes certificados que hasta la fecha se habían obtenido, acreditativos de su permanencia en el Sahara durante el periodo correspondiente que les daba el derecho a poseer la Medalla del Sahara.
Y como todo tiene su fin, el Encuentro como tal finalizó aquí, aunque no por ello finalizó la convivencia ya que al día siguiente más de la mitad de los asistentes se trasladó a la Ciudad de Morella en visita turística, pasando una agradable mañana, mientras otros optaban por permanecer en Peñiscola y visitar la ciudad aprovechando la espléndida mañana de Sol que se les ofreció, sin duda para compensar los lluviosos días anteriores.
Ha finalizado el encuentro y ya estamos contando los días para el próximo, esperamos y confiamos que de nuevo nos volvamos a reunir con la seguridad de que el mismo volverá a ofrecernos la posibilidad de estar junto a los compañeros y amigos.
Mientras tanto recibid un fuerte abrazo.
Fernando J. de la Cuesta